CAPITULO IV
CAPITULO IV
Inmediatamente después a esta experiencia, las cosas se precipitaron... Cada uno de nuestros encuentros se convirtió en una especie de obra de arte que nos empeñábamos, tanto uno como otro en perfeccionar. 




Escribí: "El otro día, cuando se te cortó la comunicación, cuando escuché “escrib...”, pensé que tras los maravillosos días que acabamos de pasar juntos, merecías algún poema, alguna canción, alguna composición lírica que reflejara mis sentimientos por ti, la alegría de amarte y la tristeza de no tenerte a mi lado en estos momentos. Pero ya me conoces, soy vago por naturaleza; y esto, unido al sobreesfuerzo que supone alinear mis emociones en unas páginas manchadas de tinta, - proeza atlética que sólo por una persona tan especial como tú soy capaz de realizar- ha hecho que sólo tras tu petición expresa de ayer, me decida a comenzar algo que, sinceramente, no creo que merezca la pena.
Y es que solamente tú, con tu bondad y tus sentimientos cegándote, crees en mí; eres la única persona del mundo que piensa en estos garabatos inconexos como en el fruto del trabajo y la mente de un escritor. Quizá por eso, y porque te amo como no he amado nunca, me cuesta menos escribir para ti. "Escríbeme algo bonito” –me dijiste ayer -. Y créeme que lo intento; llevo toda la noche buscando un tema sobre el que, pincelada tras pincelada, componer un cuadro que te haga jadear de emoción. Y no se me ocurre nada.
Cada vez que lo intento evoco tu figura. Cuando pienso en los días pasados, recuerdo tu perfecta nariz quemada por el sol; cuando imagino el proyecto del camping, me inunda la cabeza tu sonrisa de felicidad y de ilusión. Cuando recreo tu vuelta, son tus ojos, el día que nos despedimos, los que anegan mi corazón. Cuando pienso en lo feliz que he sido junto al mar, en la playa, es tu cuerpo tendido al sol y cubierto de aceites el que me viene a la memoria; si intento figurarme cómo sería la vida viviendo juntos, es tu rostro en el momento supremo del placer lo que veo.



Es un amor maduro, violento y veraz. Es maduro porque aunque siento miedo –y todo aquel que no lo confiese es porque no ama de verdad- de perderte, a entregarme y a aceptar este sentimiento como es; aunque aún siento miedo a descubrir que tú no me amas como yo a ti; y aunque aún me preocupan y me agobian todos estos miedos hasta el punto de complicar, a veces en exceso, nuestra relación; a pesar de todo ello, siento placidez en mi interior.

Es un amor sin preocupaciones desmesuradas y sin alteraciones propias de la juventud. Sin angustias vitales y sin posesividades que ahoguen la razón. Y es tan hermoso amar así...
También es violento. Es un amor violento por su forma de nacer, inesperada por ninguno de los dos. Es violento por los arrebatos que siento en ocasiones de abrazarte y acabar con la distancia que supone nuestra piel. Es un amor a golpes –los que tú me das- que mantiene un rescoldo encendido en todo momento y que, sin aviso previo, hace crecer una llama que nos abrasa a los dos. Y es violento por la ternura que nos amansa y nos hace disfrutar del dolor que sentimos cuando no podemos estar juntos. Espero que me entiendas esta reflexión...
Y por último, sé que es veraz por su dureza y solidez. Es resistente a tus rabietas y a mis enfados, a veces eternos de largos. No se arruga por las circunstancias adversas que nos rodean. No le importa tu familia o la mía, ni el abismo de presiones sociales o económicas que afronta. No disminuye con la distancia que, a veces, nos separa, ya sean kilómetros o actitudes. Es fuerte porque se limita a resistir y a colarse en mis pensamientos para lanzarme, en el momento más inoportuno, un recuerdo de ti. Es verdadero porque si no lo fuera así no me hubiera hecho buscarte durante tanto tiempo sin importar le la época o el lugar donde te fuera a encontrar... Él es así.

Deseo tenerte de nuevo entre mis brazos, rodearte la cintura y acariciar tu rostro y tu cabello con estas torpes manos que sólo se hacen diestras para tan divino menester. Si ahora estuvieses frente a mí, te miraría largamente, como hago a menudo para asegurarme que eres tú en realidad, que no eres un espejismo, un sueño de la razón de un loco de soledad; Preguntándome, como suelo hacerlo, que he hecho yo para aspirar a tan inmerecido regalo como es el compartir un pedacito de tu vida. Y te besaría. Te besaría con la desesperación que he ido acumulando a través de los tiempos y los países en los que te he ido buscando. Te besaría haciendo que mi lengua explore tus labios hasta encontrar la tuya, siempre escondida, siempre esperándome. Te apretaría fuerte contra mí para retener el tiempo que pasemos así, abrazados, sintiendo tus senos contra mi pecho, tus brazos alrededor de mi cuello, tus caderas junto a mi sexo y tu respiración acompasándose con la mía; notando cómo nuestros corazones se sincronizan en un solo ritmo que poco a poco se va transmitiendo a nuestras cinturas, a nuestras caderas, a nuestros sexos...


¡Ah, ya sé! Ahora lo entiendo. Sabia naturaleza que ahorra hasta en el aliento de los amantes, para no estropear tan lindos e intensos momentos. Ahí está todo, comprimido en un “te quiero”.
Te deseo con locura,
quiero sentirme dentro
pero antes quiero
ver el placer
ahogándote por dentro.
Recorro tu pecho en besos,
Tu vientre y muslos en caricias
Y fabrico velas con mi lengua para
Navegar en todo el mar de tu cuerpo.
La poesía no puede narrarse
No puedo contar lo que siento.
La poesía no está en las palabras,
Vuelve a estar en los gestos,
Está en cada una de mis caricias,
Está en los movimientos de tu cuerpo.
Me gusta sentir la culebra
Que se retuerce junto a mi aliento.

Te siento encima de mi boca, peleando contigo misma, que no deseas hacerlo. Y recorro tu sexo con mi lengua, de arriba abajo, de abajo arriba, imprimiendo un ritmo que tú misma comienzas a dictarme cuando las olas de placer te van arrastrando. Exploro cada rincón, cada pliegue, cada pelo, llenándome la boca con el sabor que más anhelo. Siento tu cuerpo crisparse y veo cómo se balancea tu pecho. Me miras a los ojos y comienzas a sonrojarte mientras el goce comienza a hacerse perfecto. Tus ojos se llenan de agua y de un brillo de acero. Ya vuelves a ser mi dueña, mi reina, mi espejo. La señora que duerme en mi cama y que me ayuda a gobernar mi feudo. La muñeca que coge la espada y defiende mi honor y mi reino es la misma que siento ahora a través de tus ojos y tu sexo. Y al igual que si fuera una espada, agarras ahora mi sexo. No intentas acariciarlo; ya sabes lo que deseo. Me empujas sobre tu carne, siento tu sexo ardiendo cómo se aparta y me rodea el miembro. Tu cara de placer es inenarrable. Tu sonrisa es el cielo. El movimiento se hace continuo, insistente, va dejando de ser lento por momentos.

14 comentarios:
Joder Mormo, cabrón, me has dejado sin palabras. Esa segunda parte de esta cuarta entrega que es toda una declaración de amor me ha dejado boquiabierto. Es muy bonita. Además que has podido explicarla sin reiterarte, sin repetirte sin caer en la manida curselería.
Joder ¿qué cara puso ella cuando lo leyó?.
Jajajajajaa... BITO... recuerda que soy un caballero, eso no se cuenta...
Pero buenooooooo, y este post???? Ainsss jomio, que me da un yo que se, que se yo!!!!!! jajajajajaja
Bonito post!!!!!!
No soy ingenua (bueno un poco si) y no es quien te imaginas, jajajajajajajajajaja, es un solo alguien que se cree más listo que yo, jajajajajajajajajaj
Un beso guapote
Pues ya ves ISTHARB, que uno hizo también sus pinitos de escritor en su momento.
Me alegro que sólo se crea más listo y no lo sea... jajajjajaj...
Para no repetirme te diré que opino lo mismo que Bito. Me has dejado alucianda pero no preguntaré nada que si tú eres un caballero, yo soy una señora, eleeee!!!
Besos
Es muy placentero, para uno mismo, tener ese sentimiento hacia otra persona, y si es correspondido debe ser un paraíso.
¿Y dices que no se te ocurre escribir algo bonito?, yo, si fuera ella, lo guardaría como la joya más grande y valiosa del mundo.
Lo has expresado perfectamente, has sido muy explícito.
Me hubiese gustado tener un Mormo en mi vida. Esperaré, aún vivo.
Que nunca dejes de sentir. Un beso.
Me tienes anonadada... ¡Tú que! Se ha adelantado la primavera o es que esto que se te sale va ya sin control???
Nen necesito una aclaración. ¿Ella existe? ¿Es ficción para un libro erótico? ¿Te has enamorao como un niño otra vez?
ya diras.......
JODERRRRRRRRRRRR, me ha dado una envidia que ni te cuentoooooooooo¡¡¡¡¡¡¡¡ Nunca me escribieron algo así, si oí algo parecido...
Eso es el amor, eso. Entendimiento, en todos los aspectos. Una buena cama. Un buen desayuno. Una mirada que lo dice todo, la tranquilidad de saber leer en ella, que no haya telones, ni abismos, como decía mi adorado Benedetti.
Es precioso.
Creo que te vas a pasar el resto de la vida en la cama... me da a mi... con esas palabras... no se te escapaaaaaaaaaaa¡¡¡¡¡¡¡¡
Un besazo, macho, te has lucido¡¡¡
INTE Me halaga, de verdad que los que mejor escribís de aquellos que suelo visitar me digáis eso, de verdad. Sigue leyendo y oirás las explicaciones; que aunque soy un caballero, también me debo a quienes me preguntan.
IRENE: Ella tuvo la suerte de contar con la única edición de este libro, como ya he dicho, CALIGRAFIADO y con papel imitación a pergamino. Así que imagino que lo guarde como un tesoro. Y tranquila, que seguro que hay un chico por ahí deseando sentir esto contigo. Otra cosa es que aprenda a expresarlo. Si te sirve de consuelo, puedes pensar que lo escribí para ti...
SUSANA: Ellas existen, ambas dos. cuando escribí esto, lo hice para una amiga muy especial, y usé tanto episodios vividos con ellas, como sentimientos sentidos o intuidos (que con el tiempo he ido descubriendo reales). Para más información lee la primera parte del relato.
DELIRIUMTREMENS: La amiga no se me ha escapado, sigue siendo más que mi hermana. La otra, la que me rompió el corazón, salió de mi vida. Pero llegó otra mucho mejor: la que hoy es mi mujer, con la que he descubierto que aquellos sentimientos que tuve que imaginar para escribir esto eran reales.
Si te sirve de algo, puedes pensar que toda mujer tiene un hombre que ha pensado algo así... aunque no todos sepan expresarlo.
Ah! Y lo de no levantarme de la cama... bueno, llevo cuatro años casado y los domingos no solemos levantarnos...
hoy que es el día del amor leo esto y me dan ganas de....jaja
besos para ti
lágrimas de mar
Muy bueno, Mormo, a la vez que salvaje. Y por cierto con su respuesta queda aclarada la duda de BITO, más que decir pasó a la acción ¿eh?. Además, después de todo lo que has contado en los post no te va bien ahora ser tan recatado.
En según que momentos hay que dejar de ser un caballero y convertirse en un demonio sediento. Aunque eso ya lo sabes.
Pues no te cortes LAGRIMAS, que hoy es el día propicio para ello.
No ZABALA, no es eso lo que quise decir. Es cierto que cuento muchas intimidades en el relato, algunas vividas y otras inventadas, pero nunca pretendo violar la intimidad de la propietaria del relato; por eso no cuento su reacción, ni doy su nombre ni detalles sobre ella. Cada uno que imagine lo que quiera.
¿Sabes qué? He pensado que alguna de las fotografías no le hacían honor al texto, que sobraban, como que lo devaluaban...
Es posible HUMO, pero te juro que he dado mil vueltas para encontrar fotografías adecuadas al relato y no he sido capaz de encontrar las que quería. ¿Me estás ofreciendo ayuda? Jajajajajjaa...
Publicar un comentario