EL FIN DE UN HOMBRE, EL PRINCIPIO DE UNA LEYENDA.
Este dibujo, de Sansón en el Norte de Castilla, resume como pocas imágenes el sentimiento de cualquier aficionado al deporte, en cualquiera de sus disciplinas, ante la noticia que se producía ayer mismo: Robert James Fischer, más conocido como Bobby Fischer, ha muerto en Reykjavík, Islandia... a la asombrosa edad de 64 años... justo el número de casillas del tablero de ajedrez.
Yo que no creo en las casualidades, sino en las causalidades, pienso que un hombre que comenzó a jugar al ajedrez a los 8 años (aunque cuentan que aprendió a jugar con seis años con las instrucciones de la caja del juego), ha ido consumiendo las casillas que han conformado su vida y la pasión a la que la dedicó su portentoso cerebro, su fuerza vital y, en los últimos años, su razón.
Un dato más para alimentar su leyenda...
5 comentarios:
Bueno, siempre los mas grandes genios son exéntricos! ;)
Un besico
No se, yo creo que nos tenemos que morir, y por muy genio que se sea, uno se muere.
Creo que por que se muera con la edad, del numero de casillas de ajedrez, es solo una casualidad, no es el primero que se muere con esa edad sin idea de jugar al ajedrez
Un beso
Vaya, pobre hombre!!! Yo siempre imaginaba un tablero de ajedrez como algo que daba suerte y dinero.
Lo que está claro es que no da la vida eterna.
Por lo que yo sé comenzó a jugar solo y contra si mismo, lo que es algo verdaderamente complicado, de ahí que su cerebro claramente estratégico se desarrollara increíblemente.
Siempre fue un personaje enigmático, con sus despariciones y excentricidades, y el que se haya muerto a esa edad parece hecho a propósito. Aunque... eso creo que ya lo has dicho tú.
Un saludo,
LLego un tanto tarde... lo leí en el correo digital y bueno al menos paso por la vida y le doy un significado no??? Paso la vida jugando al ajedrez, yo pasare por ella sin ser capaz de ganar una sola partida.
Besos!!!
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